Tarifas justas, transición energética real
- Daniela Falcon
- 18 ago 2024
- 2 Min. de lectura
En los últimos meses, se han realizado numerosas reuniones y talleres de trabajo con el objetivo de encontrar soluciones que permitan al Caribe colombiano, y especialmente a nuestro departamento del Atlántico, acceder a tarifas de energía justas y asequibles, comparables con el resto del país. No podemos olvidar que en el Atlántico pagamos las tarifas más altas del país, con el kilovatio por hora más costoso a nivel nacional.
En una de esas reuniones, a las que he tenido la oportunidad de participar, las conclusiones suelen ser las mismas: esperar pacientemente a que los generadores y comercializadores de energía hagan su parte para lograr lo que tanto anhelamos los habitantes del Atlántico. Sin embargo, la realidad es otra. Los generadores parecen no comprender la magnitud del sufrimiento de nuestra gente y, en cierto modo, se han burlado de nuestras comunidades. A pesar de la voluntad del señor Gobernador de ser un garante en la búsqueda de soluciones, estas no han podido concretarse porque no se ha logrado que los actores del sector energético comprendan y atiendan nuestras necesidades.
En este punto, no nos queda más que esperar que el gobierno nacional, nuestros congresistas y, sobre todo, el presidente Gustavo Petro, tomen decisiones firmes junto con la CREG para implementar tarifas justas y reales que alivien el bolsillo de nuestra gente en el Atlántico. Es crucial mantenernos optimistas y seguir adelante con la convicción de que los procesos llegarán a buen puerto. Señor Presidente, está en sus manos devolverle un poco de esperanza al Caribe colombiano y al departamento del Atlántico, que lo eligió con una votación significativa. Hoy, más que nunca, necesitamos su apoyo.
Nuestra gente deja de comer para poder pagar las crecientes facturas de energía, en especial la de Air-e, que llega cada vez más costosa. Comprender las necesidades del pueblo es fundamental, y hoy, nuestras comunidades y municipios necesitan que el gobierno nacional intervenga para empezar a reducir estos altos costos. Es posible lograrlo, y esperamos que los generadores y comercializadores de energía, que han acumulado ganancias por más de 62 billones de pesos, comprendan que es momento de devolverle algo al Caribe colombiano y al Atlántico, aliviando la carga económica de nuestras familias.
Por otro lado, las noticias recientes sobre un posible apagón nos llenan de preocupación. Esperamos que se tomen las medidas necesarias para evitar un retroceso inmenso que afectaría gravemente a nuestros empresarios y comerciantes. Nuestro departamento del Atlántico no soporta más golpes a su economía; lo que necesitamos es sacar adelante los procesos que beneficien a nuestra gente y eviten este tipo de crisis.

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